martes, 13 de abril de 2010

VIAJE A LOS CAMPAMENTOS SAHARAUIS


Hace nueve días de mi regreso de los campamentos, concretamente de El Aaiún, viaje realizado en compañía de mi hija. No he querido hacer antes este pequeño comentario ya que quería reflexionar sobre lo vivido y si lo hubiese hecho antes, las sensaciones, la emoción, el agradecimiento..... no me habrían dejado ser lo suficientemente coherente.
Lo primero es agradecer a mi esposa su apoyo incondicional para realizar el viaje, a mi hija su compañía y la gran complicidad existente entre los dos, a mi hijo por el constante contacto y preocupación por nuestro estado y a mi otro "hijo" por los ánimos que nos ha aportado a pesar de su "berrinche" por no haber podido acompañarnos.
Los días anteriores a la partida, por la incertidumbre sobre si el vuelo saldría o nó,(las dificultades han sido numerosas), fueron de un agobio constante. Durante el vuelo, una vez superado el agobio anterior, fueron las dudas sobre lo que encontraríamos en nuestro destino lo que ocupó nuestra mente, los comentarios, las constantes preguntas cruzadas entre mi hija y yo, hicieron que las horas pasaran en un suspiro y casi sin darnos cuenta nos encontramos con las mochilas y bolsas en la puerta de salida del Aeropuerto de Tindouf esperando el Autobús que nos llevase al destino, para entonces ya estábamos en contacto telef. con Ali, padre de mi pequeña Iman, recibiendo la primera atención por su parte, fué a recogernos personalmente a nuestra llegada a El Aaiún acompañado por su hija. La emoción se apoderó de nosotros al primer saludo y el primer abrazo a Imán.De allí a su casa donde fuimos recibidos por el resto de la familia, madre, hermanos, enseguida comenzaron a traernos agua fresca, zumos,leche, fruta, en fín todo lo que puede apetecer tras un largo viaje, ducharos, ducharos, decían, después de enseñarnos la casa (si tenían un pequeño cuarto de baño con su cubo de agua y otro pequeñito para echarte el agua por el cuerpo), mi primera sorpresa fué el tipo de vivienda, nada parecido a lo visto en las fotografías, la pieza principal, la que podéis observar en la fotografía, exteriormente de chapas metálicas, forradas de madera y de tela en todo su interior , roja satinada, preciosa, frente a ella, tras un patio
de tierra en cuyo centro tienen una planta de calabaza, otras edifica-
ciones de adobe, el cuarto de baño, un trastero, otra habitación, la
cocina con despensa y nevera.
, en fín esta fué la entrada en la familia, la experiencia la contaré después.

2 comentarios:

  1. Es verdad lo que dices... A mí las emociones aún no me dejan estructurar la experiencia... Pero como dicen; todo se andará. Desde luego, lo que hemos pasado juntos es algo especial, pero aviso: esto no ha hecho más que empezar...

    Un besazo y gracias por compartir tan generosamente tus pensamientos y vivencias.

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  2. Yo fui el año pasado en diciembre y fue inolvidable,cuando conoces al pueblo saharaui, sientes eso de la llamada del desierto. Aunque no sé explicarlo con palabras, puedo asegurar que una vez que una persona vive en el desierto, siempre deseará regresar...y como lo deseo con todas mis fuerzas, este año, si Dios quiere, volvere........a saborear su te, a disfrutar de la hospitalidad de mis familias y a decirles que son simplemente GRANDES!!!

    ahh me olvidaba, gracias por seguir mi blog
    un beso

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